A las 7 de la mañana ya estamos en movimiento, con los bultos para un día, subir, escalar y bajar.
Un café y Celada arriba, hidratarse, comer algo, calzarse los pies de gato y para arriba. Doce cintas, varias cintas planas, un juego de empotradores, camelots del 1 al 5 y un par de alliens.
El itinerario está como lo equiparon Tito y Alfredo, con los mismos buriles, spits del 8 y clavos. El itinerario no está reequipado, salvo las reuniones que son comunes con Capricho de Venus y el Vuelo del Dragón (una de cada vía).
A las ocho de la tarde ya estamos de vuelta en casa. Un muy buen día en la montaña.
2 comentarios:
Qué bueno! No paráis!
Ese estilo me resulta tan familiar...
Un saludo
Te respondo con dos palabras conocidas para tí. Menos días arriba, hace que hagamos más. Miramos meteo, cerramos agenda, subimos, escalamos y bajamos. Se aprovecha el tiempo. Ahora bien, esta semana, que ya hicimos otra, ya estábamos justos de "power", en este tipo de actividad son muchas horas sin parar, llegas abajo y sigues haciendo, mas o menos, la misma vida; y cuando llevas cuatro o cinco semanas con esa dinámica el cuerpo te dice: "Tronco" que no tienes veinte años...jeje.
Un saludo.
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