El refugio, bien guardado y equipado, trato y servicio profesional. En su terraza tomando una cerveza, en una tranquilidad absoluta y mirando a la peña me llegó un flashback, de finales de los 80 en el mismo lugar. Ahora todo es distinto, no soy yo para decir si mejor o peor, sí distinto.
El sábado, un sector lleno, algunos lolos de sexto grado dando lecciones de alpinismo con un tono y volumen de voz no apropiado salvo que quieras que te oigan, hacía buen tiempo, no se yo que pintaban por estos lugares, nada alpinos. Al final, soy yo quien se da cuenta que por allí no pintaba nada.
Como dice un buen amigo, qué fácil ser escalador bíblico en los bares...y surfero en Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario