Hace una semana, con Fran hablando, nos dimos cuenta de una vía en Urriellu en la que nos habíamos bajado hace veinte años, ninguno de los dos nos volvimos a meter en ella...era hora de volver. En aquella ocasión éramos tres, en esta, también.
Quedamos a las 6 de la mañana en el aparcamiento de Arenas de Cabrales, a las 7 mas o menos comenzamos a caminar, vamos a subir y bajar en el día. En una hora y media estamos es el antro del refugio de Urriellu, huele a pozo negro desde quinientos metros abajo, es normal, bajo la fuente se puede ver perfectamente lo que hay. Es patético las prohibiciones y multas por dormir en furgoneta y que esto que llaman refugio, aunque no puedas hacer tu propia comida dentro, siga abierto cuando no pasaría ningún control sanitario mínimo.
En Urriellu nos tomamos dos cafés, Fran un té, este creo que tenía sustancias radioactivas.
Nos vamos a la cara este, a la vía: El vuelo del dragón.
Es una vía que actualmente está reequipada, donde había un buril, ahora un parabolt, hace años, flipamos, no solo porque había pocos seguros, que los sigue habiendo (el mismo número), sino por la calidad de ellos (parecían chapas de bote de cocacola).
El vuelo de dragón, no es una vía fácil desde mi punto de vista, es una vía de navegar, muchas veces sin referencias claras, puedes meter poco o casi nada en donde no hay, y hay tramos largos en donde no hay nada de nada.
Terminamos la vía y coño, tenemos tiempo para hacer otra. Vamos para la Espejismo de verano. Cojonudo.
Terminamos la jornada y pitando para abajo, a tomarnos unas cervezas y cenar en Arenas de Cabrales. Vamos bajando y nos surgen planes para la jornada del siguiente día, al "ramplun" le suena mucho el teléfono, que no contemos con él, que quiere ir a tomar el sol de cintura para abajo a alguna playuca.
Cena en el Cares, con la alegría de ir cerrando círculos, tras despedirnos, cada uno a su furgo. El siguiente día alarma a las 7, las piernas como "fierros" por ir rápido al bar y no estirar. Un café largo, Damián con un bocadillo de media barra con jamón, yo unas pastucas. Nos llevamos del bar otro par de bocadillos de media barra cada uno. Rumbo a Poncebos, aquí aparcamos y nos vamos canal Texu para arriba dirección Bulnes.
Antes de llegar a Bulnes nos desviamos a la derecha, Canal de Amuesa y Trave para arriba.
Llegamos a Cabrones, es la hora del aperitivo.
Damián haciendo ejercicios de equilibrio, muy necesarios para lo que nos esperaba. |
Desde Cabrones nos vamos al Torrecerredo por la arista, hacemos un par de rápeles, el resto lo hacemos desencordados, el ambiente es super alpino, Damián está en su terreno, dando saltos entre los bloques para ir atajando, yo voy pensando que unas toneladas de sicadur no vendrían nada mal.
Vamos al ritmo de esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=PdiCJUysIT0
Murito final del Torrecerredo y su cumbre.
La cumbre del Torrecerredo, si la comparamos con Cabrones, es una cumbre dominguera, suciedad, estampitas, bien pisada. Una mirada atrás para ver de donde venimos:
Desde el Torrecerredo nos vamos para Urriellu, es hora de la merienda:
Unas cervezas con lo que queda de bocadillo y nos bajamos por Camburero dirección a Bulnes, en la canal nos atrapa la niebla, tenemos la sensación de estar en el trópico, la alta vegetación, el agua por la canal, la niebla y el efecto narcótico del cansancio produce una sensación extraña.
Bajando, una canción me da vueltas por la cabeza, sus cadencia es igual a nuestro ritmo:
De Bulnes por la Canal del Texu hasta Poncebos, aún de día, llegamos a las furgonetas, de allí nos espera casi un par de horinas hasta casa conduciendo.
Otro par de de días que quedarán siempre entre nuestros mejores recuerdos. En esta vida de subidas y bajadas.
2 comentarios:
Guapa vía, pero sí, para ir con tiento si no quieres seguir al dragón...
Y la arista Cabrones-Torre ambientazo alpino,
Gracias por trasladarme a las alturas!
Un saludo
Efectívamente, dos muy buenos recorridos, el primero con una roca impresionante, el segundo en un rincón de una gran belleza. Un fuerte abrazo.
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