Aún los tonos verdes imperan en el paisaje, lo cual hace que haya días que el tacto no sea el adecuado para trepar, lo que ocurre en Valdehuesa, un poco de humedad, pero el sol y la luz hace que la escalada sea agradable.
En Cerulleda, sin embargo, el tacto era excelentes, llegamos en plan veraniego, y nos tuvimos que bajar a las furgos a coger ropa de abrigo, hasta para escalar había que poner sudadera. Increíble para la época del año.
Ayer, tocaba entrenar para el reto de agosto, desde Ladines subo corriendo hasta el Cullargayos, en una hora y cinco minutos estoy en la cumbre, los últimos metros sube una niebla que lo tapa todo, solo veo claramente un metro por delante de mí.
Cumbre del Cullargayos con su peculiar buzón de cumbre |
Bajamos los dos juntos, ella la primera, marcándome el camino, sigo pensando ¿Donde estará Canto?. Me voy fijando en el bosque no vaya a ser que se haya perdido, no hay huellas salvo las nuestras y de ganado. Llegando a Ladinas nos la encontramos, hizo el recorrido un par de veces de Ladines a la cabañas de arriba, buscando la perra, preocupada. Me comenta que en uno de los zig zags de la pista, Frida salió disparada corriendo para arriba detrás de mí sin ella poder hacer nada...
Por sacarme de la niebla, se libró de una buena panadera...Frida es total.
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