Elegante recorrido de la cara Sur, con una roca excepcional.
A las 4 de la mañana me levanto, salgo de Langreo, paso por Infiesto a recoger a Marco y posteriormente paramos en Ortiguero en donde se une Fran. A las 7 empezamos a caminar, es el día de la primera ascensión a Urriellu, hace 110 años.
Hay unas hamacas colgadas en Tramuntana. Solo una cordada en la Somoano, otra en la Cepeda y otra más en en la Pidal-Cainejo.
Con tan poco tránsito por la Este, es un buen día para hacer la Teógenes, con muchas cordadas igual es mejor abstenerse, ya que tras la salida del agujero de la Este hay multitud de roca suelta y todo cae por la vía.
Los primeros largos son un disfrute. Rocona excelente, abrasiva, fácil de proteger. El recorrido, evidente en todo momento.
En el cuarto largo se concentran las dificultades del recorrido.
Largo equipado con clavos, algunos del año de "Carolo" y mirando hacia abajo, nada más pasar este resalte, el muro se vuelve vertical, hasta llegar a una nueva reunión.
Desde esta reunión, por un evidente diedro chimenea, en un largo y medio, se llega a las gradas superiores del anfiteatro de la Sur.
Unos minutos en la cumbre, rapelamos y llegamos a la base en donde comemos y bebemos con tranquilidad. En la Celada ha entrado la niebla. Recogemos, bajamos, y nos damos una vuelta hasta el refugio a tomar una cerveza.
Una parada en la fuente de Pandébano a beber y a descansar. Y vuelta para casa tras 11 horas de actividad. Cuando llego a casa, es la hora de cenar.
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