El último día de la semana en Pirineos, durmiendo en el puente de Canfranc, despertador a las 6:30. Una noche de viento hace que uno se de media vuelta y volver a despertar a las 8:15. Vestirse, comer algo, calzarse. A las 8:30 empiezo la subida por la Besera a Ip.
En una hora y media llego al ibón de Ip, ahora el destino es llegar a la Collada de Ip. Hay que subir por una empinada gravera, en algunas ocasiones con grandes bloques (perfecto para ir más rápido), otras, por grava fina.
Nada más llegar al Collado de Ip, giro a la izquierda, asciendo la Colladareta y Peña Nevera, vuelvo sobre mis pasos hasta el Collado de Ip y ahora me dirijo hasta el Collarada.
El Collarada, el montañón del Valle de Aragón, pico con grandes panorámicas.
Bajo por donde he subido, casualidad, me encuentro con un matrimonio de Mieres, hablamos un par de minutos y sigo bajando por la gravera. Ahora adoro la grava fina y odio los grandes bloques, uno cambia de opinión en menos de una hora y media, ¿Seré para todo así?. Última mirada a las cumbres del circo de Ip y vuelta por la Besera a la furgo.
A las 14 horas llego al puente de Canfranc. En menos de 6 horas he disfrutado de la montaña en soledad. Mis piernas están cansadas por subir y bajar un desnivel acumulado de más de 4200m, en esta mañana. Me llama Trina para ir a escalar a Los Meses, paso, un baño y ducha en la piscina de Villanua, ordenamos la furgo. Conducimos dirección a la Cordillera, en donde hay mucho menos calor y humedad que en Pirineos para la escalada deportiva.
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