De vuelta tras estar una semana fuera escalando, el destino ha sido el Levante. Distintos sectores de Gandía y una breve visita a Chulilla.
En Gandía estos días el termómetro llegó hasta los 22º, buscando la sombra para escalar. Los primeros baños del año en playas sin gente, en un mar sin olas.
El último día del año, apurando las últimas luces del día, saco la cámara de la mochila y disparo al momento:
Sentado, pensando el como ha sido el año, me doy cuenta de lo escandalosamente breve que es nuestra vida. Miro atrás, no solo este año, sino mucho atrás, en el mismo lugar. Haces cuentas de futuro y ya no solo el resultado de la cuenta es escandaloso, pasamos a un resultado agresivo. La cabeza te da una hostia que te deja tocado. Es entonces cuando te levantas, miras alrededor, te gusta lo que ves, te das la vuelta y marchas con una sonrisa pícara en la boca.
En Chulilla, en plena cabalgata, le pido a los Reyes que me sigan dejando igual, un poco más, un año más...Un año más de vivir la vida.
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