Cuando era un poco más joven me gustaba devorar libros, revistas y mapas de montaña, el libro azul de Lueje era una inspiración, antes de dormir lo cogía una y otra vez, al igual que mapas que tenía de Picos. Pensaba, marcaba, soñaba. Una y otra vez. Siempre quise hacer estas tres cumbres, en ocasiones cuando hablábamos de proyectos entre los amigos para hacer en Picos solía salir este, sin embargo siempre quedaba aparcado, hablábamos que alguien conocía y que sabía de unas personas que lo habían realizado...
Después comenzó la Travesera y parecía que hasta era fácil correr y andar por Picos, entre sus canales y valles, entre sus collados, ventisqueros y neveros... y parece como que este proyecto se le resta parte del valor, lo usual siempre resta. De todas formas, que distinto es andar y correr por Picos a correr, andar y trepar por los picos de Picos, es otra historia, bien distinta.
Conocidos lo han realizado, lo leí en la prensa local, pero nunca hablé con ellos del cómo ni por donde. También en internet, fuente de inspiración actual, durante años, pude comprobar que otras personas lo estaban realizando o intentando. El proyecto parecía que estaba entrando en la pista de salida...hasta que Damián el otro año me dice haciendo la travesara de Redes, la próxima, las tres cumbres de Picos. Hostia, que este piensa lo mismo que yo.
El pasado año lo intentamos, no solo queríamos hacer estos tres picos, sino que se me metió en la cabeza hacer un recorrido mucho mayor, bajando por Cabrones a Bulnes y después hacer el Cares para llegar a Caín, fuimos como aviones, tuvimos muy mala suerte con el tiempo, por el Trave las pasamos mal porque no veíamos ni un metro de la niebla que hacía y posteriormente en Mesones nos perdimos entre la niebla y en vez de aparecer en el Jou Santu, aparecimos en el Jou Piedraluenga, volviendo a tener que bajar Mesones, volver a realizar el Cares y llegar hasta uno de nuestros vehículos. Nos dejó tocados físicamente. Solo volver hablar de intentarlo casi eran palabras tabú, yo insistía de vez en cuando, pero no concretábamos...
Va pasando el verano, parece que en este no hay ni intento, cuando algo se me mete en la cabeza, malo. Vuelvo de vacaciones, me encuentro bien físicamente, con ganas de darme una paliza, un par de semanas y que no hay plan para hacerla...pues voy solo. Me monto una película, estoy un par de días en otra galaxia planificando la estrategia, no me sale, es demasiado el riesgo que asumo para los cálculos que hago. Mando diez sms a distintos amigos que se que les atrae la idea, tres se apuntan. Para allí vamos.
Nos reunimos José Pareja, todoterreno y que se apunta a un bombardeo. Juan, maratoniano, su mejor marca 2h y 37 minutos, dan una idea de como anda esta persona de 51 años. Andrés, compañero mío desde cuando empecé a escalar, montañero, alpinista, andinista, octavogradista, gran conocedor de las montañas que nos rodean y de otras mucho más lejanas, siempre discreto, siempre en forma.
Preparamos la estrategia, les planteo lo mismo que planificamos Damián y yo, a diferencia de no bajar por Amuesa, sino por Dobresengos directamente a Caín. Aceptan, perfecto. Tenemos un pequeño gran problema, solo disponemos de un día y medio para organizar logística de vehículos y realizar la actividad para que cuadren horarios de curro con descansos y demás, por lo tanto vamos a dejar un vehículo al principio, otro en el medio (Poncebos) y otro en Soto de Cangas, y nos buscamos la vida cuando terminemos la actividad en Peña Santa (desde las 8 a las 20 horas no se pueden subir coches a los Lagos), es por ello que vamos a llevar cada uno su saco de dormir (a finales de agosto en Picos por la noche está un poco frío, 2º esa noche), esto también facilita que si alguien abandona al grupo tiene autonomía para llegar a alguno de los vehículos. El problema es que vamos más cargados.
Empezamos en Jitu Escarandi, en menos de 2 horas estamos en la cumbre de la Morra de Lechugales, esta parte la realizamos prácticamente sin peso, solo un poco de ropa de abrigo, agua y una barrita.
Cuando estamos en la cumbre entra la niebla, aún queda una hora mas o menos para que oscurezca.
Bajan Andrés y Jose rápidamente por el circo, yo le digo a Juán que me subo hasta el Jierro, que quiero sacar unas fotos ya que está despejando, me acompaña. En la cumbre pienso, va a ser 3+1, hay que marcar la diferencia.
Llegamos al Jitu Escarandi ya de noche, nos entró tras pasar el refugio de Ándara, nos cambiamos de ropa, calzado, cenamos y preparamos los bártulos para las siguientes dos cumbres, las mochilas pesan más de la cuenta y aún no hemos metido los dos cordinos de 30m para bajar Peña Santa con seguridad, hostia ¿y los cordinos?, me cago en todo, los cordinos han quedado en el coche de Poncebos. Cojemos la furgoneta y para Poncebos a buscar los cordinos de marras.
Subsanamos el problema y otra vez para arriba y vuelta a empezar. Nuestras mochilas pesan, arnés y cordinos para rapelar, ropa, agua en abundancia (3l cada uno) y un poco de comida. En la Vueltona Jose nos comunica que el calzado lo ha matado en la primera parte del recorrido, por ahora sigue, aun con rozaduras. La pista de Pandébano es un agobio, menos mal que vamos rápidos y se pasa en poco tiempo, en Pandébano echamos un trago en la fuente y cargamos, desde aquí hasta Caín no vamos a tener más agua de calidad, la de Urriellu ni provarla...
Antes de llegar a Collado Vallejo, Jose no aguanta más, las rozaduras lo están matando, se da la vuelta, no quiere entorpecer el ritmo, me pide las llaves de la furgo, se ofrece a ir a buscarnos a Pandecarmen al día siguiente, un super detalle. Nos despedimos y seguimos. Llegada a Urriellu a las 2.00. Decidimos dormir un par de horas tirados en los bancos, la noche es oscura y fría, pero totalmente despejada, metidos en el saco viendo las estrellas, al poco quedamos sopa.
Tras descansar dos horas y media nos ponemos otra vez en marcha. Brecha de los cazadores y collado Arenizas para dirigirnos hasta el Torrecerredo. En el Jou Cerredo la noche es tenebrosa, frío aun estando en movimiento. Unos neveros nos cortan el paso, la nieve dura como el cemento, pasamos un par de ellos hasta que llegamos a uno cuyas dimensiones no controlamos con la frontal, lo intentemos bordear pero nos metemos en una zona de bloques por debajo de la Párdida que no nos gusta, volvemos para atrás y decidimos esperar unos minutos hasta que aparezcan las primeras luces. Hace un frío que pela, te sientas con la ropa mojada por el sudor y...menos mal que hemos traído los sacos.Esperamos 45 minutos, las primeras luces y ya está todo claro, cruzamos el nevero y nos dirigimos a la cumbre del Torrecerredo.
Peña Santa, próximo destino... a 5000m de desnivel acumulado |
Ahora nos dirigimos a la Horcada de Don Carlos, se hace pesada la subida, terreno suelto, hay que esquivar los neveros...terreno que te pone la psique a dos mil.
Llegamos a la Horcada y lorenzo ya aprieta, menuda jornada de sol que nos espera. Nos dirigimos hacia la Horcada de Caín, y siempre mirando a la izquierda a la espera del espectáculo.
Nos bajamos al Hoyo Grande, uno de esos grandes e impresionantes lugares de Picos.
Bajamos Dobresengos, 2.000 metros a saco para abajo.
Y ahora nos esperan 1.500m de desnivel para arriba, lo que se ve en la foto de abajo, Mesones.
Parada técnica en Caín, comer, hidratar coger agua, descansar una hora y para arriba. Es medio día cuando empezamos a subir, el sol a destajo, subiendo me empiezo a quedar, no entiendo lo que me pasa... llego a una sombra e intento coger aire y tranquilizarme, tengo el corazón que me va a salir por la boca, lo que me sale por la boca es toda la comida y todo lo que he bebido en Caín. Un golpe de calor me ha dejado KO. Bebo algo y sigo para arriba, tengo la referencia visual de mis compañeros y ellos saben que si no soy capaz de subir, bajo y ya nos encontraremos. En las cabañas de Mesones me esperan, les explico mi situación, seguimos para arriba, van a mucho más ritmo que yo, que estoy para talleres, seguimos el mismo camino que Damián y yo el pasado año, le digo a Andrés que nos vamos a equivocar, me dice que para arriba que no problem, al llegar a una oquedad por debajo de la Piedralengua me vuelven a esperar. Ahora tengo una cagalera de la hostia, joder vaya plan el mío... lo echo todo. Seguimos y mi organismo está como nuevo, voy recuperando poco a poco, perfecto. Según voy subiendo es para echar a llorar, el pasado año nos equivocamos por 100m a la derecha en el lugar en donde estoy, no veíamos nada y nos pasamos. Este año el tiempo acompaña, calor, mucho calor, pero visibilidad total.
Llegamos al boquete y directos para el Jou Santu.
Allí estamos los tres, el collado del Jou Santu, hemos agotado el agua, casi 9l entre los tres subiendo Mesones, casi nada. Aquí ya llevamos 10.000 metros de desnivel acumulado en las piernas, vaya broma. Nos sentamos y vamos preparando el material para subir Peña Santa. Juan nos comenta que nos espera cogiendo agua de algún nevero, que sigamos nosotros que vamos a ir más rápido por el terreno que nos espera. Salimos Andrés y yo para arriba con el arnés puesto, tres mosquetones, cámara, unos lazos y los descensores.
En 45 minutos desde el Collado del Jou Santu estamos en la cumbre de Peña Santa, solo nos hemos encontrado con Alberto M cuando este bajaba con otra persona. Toda la montaña para nosotros.
De allí venimos, del grupo del Cerredo |
El Friero, majestuoso |
Las sensaciones son difíciles de explicar, son demasiadas las emociones, los sentimientos...lo que cuesta llegar allí. Bueno, queda la bajada. Llegamos a la primera instalación de rápel con parabolts y preparamos las cuerdas, es un alivio ahora tenerlas aquí, las piernas ya están más que para talleres y destrepar esto tiene su tela. Le comento a Andrés que la cabeza me ha dado un viaje, seguramente sea por la falta de líquido, al poco tiempo Andrés me comenta lo mismo. Rapelamos y destrepamos todo el muro, con dos cuerdas de 30m se hace fácil. Llegamos a la base y nos fundimos en un abrazo, ahora sí. Seguimos hasta el Collado donde nos espera Juan, ha cargado un par de recipientes con agua de neveros, nos las bajamos en un abrir y cerrar los ojos. Ahora hay que ir a Pandecarmen en donde seguramente nos espera Jose.
Bajamos por las barrastrosas, en la Antiquera los teléfonos empiezan a sonar, Jose está preocupado, no hay cobertura ni en Pandecarmen ni prácticamente desde Caín y no sabe de nosotros ni nosotros de él. Al final nos comunicamos y nos vemos en Pandecarmen, perfecto.
Bajando nos vuelve a entrar la noche, ahora ya vamos muy tranquilos, bebemos en Vegarredonda y llegamos hasta la furgoneta totalmente agotados. Jose nos espera con bebida y comida. Ahora solo queda desmontar todo el tinglado de los coches. A las 2.00 llegamos a Poncebos, yo me quedo allí a dormir, estoy reventado, más de 11.500 metros de desnivel acumulado no te dejas indiferente. Al día siguiente ya apetece escalar (mas bien arrastrar).
Un sueño cumplido.
2 comentarios:
SOIS UNOS MAQUINAS . OS LO MERECEIS . ENHORABUENA
Gracias Arturo, nos vemos.
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