Sales de Asturias lloviendo, en
el puerto nevando, pasas a primera hora de la mañana el túnel de Guadarrama y
está totalmente despejado, para Cuenca. Con los rayos de sol entrando por los
cristales de la furgoneta la temperatura en el interior de esta es perfecta,
que iluso. Llegas a Cuenca, hace tiempo que uno no escala por allí, el que
escribe no conoce el nuevo paseo que sigue el curso del río, está chulo. Para
aparcar es un poco complejo, es media mañana y los sectores están a tope, lo
logro, me bajo, hostia que rasca hay aquí, por eso no hay ni dios es esta zona.
Vuelta a buscar, intentar aparcar cerca de algún sector al sol, pasan los
minutos, hay que asegurar, al Alfar, rutas que fueron excelentes en su época,
hoy ya un poco o bastante pulidas, para una tarde esta bien, miras la Cazaprimeras y
piensas en el solo integral de Carlos Suárez, en ese movimiento antes de llegar
a la cadena, ese dinámico con veinte metros bajo tus pies…mejor no pensarlo. Nada
más que se oculta el sol, sales de allí pitando.
Al día siguiente buscas sol, solo
quieres sol, achicharrarte de sol, a la Marxuquera en Gandía, el sector Potent reequipado
la mayoría con químicos, se está de lujo.
Es hora de buscar otros muros,
Cocentaina, murazo de muchos metros de ancho y alturas de hasta 50m, largazos a
tope de cuerda, escalada de canto, roca en ocasiones sospechosa pero que tras
mucho trabajo por parte de los equipadores han saneado y una de dos, o te
llevas un frigorífico, o poco te llevas. Si quieres sacarle partido al muro,
cuerdas mínimo de 70 y más de quince cintas. También ropa de abrigo ya que
quien asegura se puede congelar. Quizás la mejor época para este muro sea
octubre, marzo y abril. Los locales escalan todo el año en él.
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