lunes, junio 23, 2008

Ya es verano, al menos pasando Pajares


En los últimos nueve días estuve escalando seis en León, tanto en Valdehuesa como en Pedrosa, como por aquí la mayoría está mojado y los días bastante tristes...pues hay que hacer unos km para tener sensación al menos de verano.


En Valdehuesa, realizo una buena combinación, entrar por Egocentrismo en el alpinismo y en la mitad pasar para Jerónimo justo en su descanso del centro de la vía, será como 7c+, se hace dificil escalar esas placas técnicas finales...también estoy preparando un nuevo proyecto que espero que próximamente lo comente en estas lineas...


En Pedrosa en el sector del Jaime, el sábado sonó la flauta de un viejo proyecto( al venir de una gastro-interitis y tener los airbags en talleres hay que aprovechar) y le doy forma al Sufrimiento del Fandango, se trata de una interesante combinación de entrar por el Sufrimiento del Brujo hasta el descanso de la mitad, es decir realizar su fisura completamente y atravesar a la izquierda a través de un bidedo y un canto de Demiurgo y después de una superbrazada a tope de embergadura a la izquierda pillar la fisura de Fandango para salir por ella hasta su final. Muy recomendable, sensación de escalar, mucha conti, al paso final de Fandango se llega muy fatigado, al menos yo. El resultado un buen 8a+(marco la ruta con color verde).
Una ruta que no se tiene que dejar de hacer cuando se anda por la zona es Burilator, 7a, de lo mejor en el estilo Verdoniano, la de su derecha Acero Inolvidable 7a+/b también es excelente pero el problema es que te deja ya los dedos un poco erosionados... hace dieciseis años encadené esta última a vista... ahora posiblemente no tendría la motivación de estar más de una hora dando vueltas por 20 metros de placa vertical...que paciencia del asegurador, me acuerdo, el bueno de Andrés.
Muchas veces, como los años van pasando, me acuerdo de algunas rutas, bien porque significaron una época para mí, bien por lo que me costaron o por lo que me gustaron. Me resulta prácticamente imposible recordar todos sus movimientos, sí te quedas con alguna secuencia, una impresión. Pero curiosamente si me acuerdo de comentarios, conversaciones y sensaciones del día preciso de su encadenamiento, con lo que cuando vuelvo a escalar las vías encadenadas recuerdo mi vida a través del diario escrito en pliegos de roca. Y hoy mis dedos maltratados son como la vieja estilográfica que recorre suavemente nuevas páginas en blanco.