Los domingos por la tarde era venir de escalar o de monte y rápidamente poner la 2 para ver “Al filo”. Soñar en viajar y escalar, escalar y viajar. Los años pasan, las motivaciones siguen intactas, igual que los roles.
Un día de escalada con Ramón es, además de estar cara a la
pared unas cuantas horas, conversar sobre bellas montañas, magníficas
escaladas, de libros, muchos libros; y de grandes personas.
Gracias Ramón Portilla.
En las imágenes tres libros de Ramón, los tres maravillosos. Y uno de ellos firmado hace años por el autor y por Pepe, en el que colaboró con unas estupendas acuarelas.
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