Desde Soto de Sajambre. Con las primeras luces los ruidos del bosque; hasta Vega Huerta no me encuentro a nadie, allí en un principio tampoco hay personas, tan solo rebecos, al volver de coger agua escucho una conversación, el vivac de la cueva está ocupado.
En el desierto pétreo de La Llerona el silencio sólo es interrumpido por las piedras que desplazo al subir, debajo un grupo de personas salen del Jou de las Pozas. En la Forcadona no me atrevo a saltar al nevero desde el bloque calizo. La altura del salto es mayor que otras veces y al ir solo, no juego; rodeo para bajar a la vertiente norte.
En el Jou Santu me cruzo con dos chicas, el primer saludo del día, el calor del mediodía es abrasador, en Los Basares más de lo mismo. El verde de los Puertos de Cuba rompe la monotonía del gris. De camino, de vuelta a Vega Huerta, los lirios están secos y el jardín de cardos azules colorean de rojo los tobillos. Voy entretenido mirando y reconociendo algunas de las líneas de Peña Santa. Parar a beber y de vuelta a Soto de Sajambre. En Cuesta Fría están Canto y Wamba a la sombra, bajamos los tres juntos hasta la furgoneta.
Una vuelta circular a la Peña Santa.
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