lunes, julio 18, 2022

Saint-Saud y "Los alpinistas de Stalin"

 “¡La utilidad! En eso radica el honor del alpinismo soviético, que jamás pronuncia las palabras ascenso o expedición sin añadirles algún adjetivo como científico, militar o de prospección. Decir únicamente ascenso sonaba burgués.”




En la cumbre de la Bermeja, en el Cornión, Picos de Europa, recuerdo ese párrafo recientemente leído en el magnífico libro de Cédric Gras “Los alpinistas de Stalin” y mirando a la Peña Santa me doy cuenta de que casi los mismos adjetivos los utilizaba Hipólito Aymar d´Arlot de Saint-Saud cuarenta años antes que la generación de alpinistas rusos de los que formaban parte los hermanos Abalákov.
El aristócrata Saint-Saud ascendió la Torre de la Bermeja en 1891, posiblemente para estudiar la posibilidad de ascender a la Peña Santa por esa vertiente y tras verla muy compleja pasó a la vertiente norte y ascendió, por equivocación, la Torre Santa María. En la cumbre, el equipo de Saint-Saud, renombran a este pico como Peña Santa de Enol. Dar otros nombres a los picos, otra práctica muy común del alpinismo soviético de la época de los Abalákov.
Al año siguiente, en 1892, cuando parte del equipo de Saint-Saud está en la cumbre de Peña Santa: Vicentón Marcos, Labrouche y François; el aristócrata está en el Pico Gildar. Por la ciencia.




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