Como era septiembre, pensábamos que se podría ir caminando por abajo, por donde toda la vida, desde el pueblo. Poder, se podía, pero las obras de la ampliación del pantano dieron al traste con nuestro planes. Carteles de prohibido el paso por todos los rincones; trabajadores, camiones, maquinaria pesada... nos cortaban el paso. Accedimos, primero por la pista en furgoneta, y posteriormente por el camino de arriba. En ningún momento cruzamos ninguna vaya, ni cartel, que nos prohibiera el paso.
Rutas de canto, hoy en día pulidas (comparado con las primeras veces que fui). Escalada tablonera, por eso me gustaba tanto.
A media tarde, antes de finalizar el turno de trabajo, una voladura hace que Canto, Wamba y yo, despeguemos nuestros puntos de apoyo del suelo. Menos mal que ya estábamos recogiendo el material. La parte izquierda del sector, unos trescientos metros por debajo de nosotros, ha desaparecido.
Nos marchamos de allí inmediatamente, en la pista nos encontramos con un trabajador con tareas de vigilancia. Se le ponen los ojos como platos cuando nos ve aparecer.
Las obras para ampliar el volumen del pantano siguen día a día. Seguramente la próxima vez que pasemos por allí no existirá el muro de Itoiz. Al igual que los muros y la zona boscosa colindante.
Antes de llegar a la furgoneta, un cartel indica que la zona es reserva natural, con multitud de especies protegidas. Una pintada en el cartel, que tiene su coña, nos hace reír. Y yo pienso, qué gilipollas somos, haciéndonos creer que la comunidad escaladora perjudica la nidificación en zonas como en Arnea o Priañes... Ver para creer.
1 comentario:
Primer comentario que veo al respecto de Itoiz! Muy acertado e Increible lo que esta pasando por estos parajes, increible que la federación de montaña no haga nada al respecto ni siquiera informar!
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