Cada año, uno más.

Me gusta esta imagen, el motivo es porque en los dos picos situados en los extremos he abierto dos vías, una en cada pico, en el de la izquierda, Eterno Retorno, en la Porra Altiquera, junto a Fernando "California", a la derecha en el Porru Llagu, La Deva, con Andrés y Mario. Y en el centro, mi primera escalada alpina, el Porru Bolu, con Arturo Madera (tengo que escanear la diapo de cumbre, tendríamos 15 años, nos escapamos de casa para ir un finde allí). Y no se ve pero en El Requexón, que está allí, fue mi primer pico en Picos.
Hoy es mi cumpleaños, once del once, treinta y ocho años, un chaval, queda sangre para dar y tomar. Pero este año es especial, y por eso lo escribo en este blog, el motivo es porque llevo aproximadamente veinticinco años de actividad ininterrumpida en la montaña, que son unos años.

¿Y antes de mis 13 años? Pues desde muy niño salía también al monte con mis padres, pero era diferente, y por el verano, de campamentos, en donde ya hacía mis tirolinas desde árboles ( en ocasiones hasta viviendo accidentes en primera persona. En Vegaquemada, cerca de Boñar, fallecieron, dos hermanos, al romper la rama del árbol en donde se encontraban para coger el cable de la tirolina, yo, por suerte, estaba en la rama de al lado sentado), rapelando, y haciendo marchas por el monte en las que siempre nos perdíamos ( en una ocasión vi como un compañero daba a otro 100 pesetas por la compra del líquido que quedaba en una cantimplora. 100 pesetas era lo que nos daban mis padres para toda la semana). Es decir, que desde pequeño, ya iba la cabra al monte.

Pero en septiembre del año 84, con 12 años, subí al Pico Requexón, y tanto me gustó, que dejé de hacer otros deportes los fines de semana y me centré primero en salir todos los fines de semana al monte a subir picos y al poco tiempo, por las influyentes compañías, ya estaba escalando, primero los sábados, para los domingos ir de monte a patear, y posteriormente, fines de semana a escalar, viernes mas finde a escalar y ... hasta ahora.

Son muchos años, deseo que sean muchos más, se han dejado de hacer muchas cosas, ha sido una elección personal, cuestión de prioridades, no me arrepiento de nada. Todavía me acuerdo de aquella salida al Requexón, como si fuera ayer, un clic en la cabeza mi hizo elegir hacer lo que nos gusta, en ocasiones de forma obsesiva. Solo por acordarme de ese día, que podía ser un día cualquiera, pero no, quiere decir que la elección ha sido la correcta, lo mismo me pasa con otros momentos especiales en la montaña, son instantes únicos e irrepetibles que siempre tienes en la retina. "Ye lo que hay". Quizás no haya que preguntarse más el porqué.

El lunes de esta semana, volviendo del levante, en el Porma, momento único.